Esa mujer y El hombre que ríe

 Consigna: Analizar los procedimientos narrativos de los cuentos: uso de narrador, formas de representación de espacio y personajes, manejo de la temporalidad e hipótesis sobre las dos historias. 

Primer cuento:” Esa mujer”

En este cuento se presenta un narrador en primera persona, autodiegético ya que es (el periodista) uno de los protagonistas, quien narra la historia. El periodista junto con “El coronel” son los personajes principales que entablan un diálogo sobre “esa mujer”. El personaje del Coronel es representado como el de un “hombre corpulento, canoso, de cara ancha, tostada”, un curioso del arte como también un álgido bebedor de whisky. El periodista es un hombre curioso, busca conocer todo el trasfondo de la historia y recolectar la mayor información que le sea posible. El manejo de la temporalidad es elíptica ya que se viaja al pasado y se vuelve al momento en el que ocurre el relato varias veces. 

La historia superficial es la de un periodista que se reúne junto a un coronel que años atrás tuvo bajo su poder el cadáver de una mujer muy importante para la historia. A lo largo del cuento, nunca se revela la identidad de ella. El coronel detalla todo lo que el cuerpo atravesó, las formas en la que fue ultrajado y como sigue recibiendo llamadas para insultarlo a él como a su familia. El periodista describe cada gesto como también cada acción que el hombre realiza y busca a toda costa saber dónde se encuentra el cadáver, a cambio le ofrece dinero y limpiar su nombre en la historia pero la pregunta nunca fue respondida. Antes de terminar la entrevista, el coronel solo atina a decir que esa mujer, es suya.

La historia profunda detrás del cuento de Walsh, es la desaparición del cadáver de Eva Perón en 1955, el cual estuvo 16 años sin saber su paradero tras un golpe propiciado por un comando llamado “Revolución Libertadora”. El cuerpo finalmente después de estar bajo órdenes militares y hasta el cementerio de Milán, fue devuelto a Perón en el año 1971 en la puerta de su casa en Madrid. Después de la muerte del ex presidente, el cuerpo de Evita fue repatriado y depositado junto al de su esposo. En 1976, bajo un contexto de dictadura, el almirante Massera quiso arrojar el cuerpo desde un avión y hacer pasar a Eva como desaparecida pero accedieron al pedido de sus hermanas y el cuerpo pudo descansar en paz en la bóveda de la familia Duarte en Recoleta.

Segundo cuento: “El hombre que ríe”

El narrador es autodiegético por el hecho de ser protagonista de la historia. El lugar en el que se desarrolla es Nueva York (1928) . Los personajes principales el niño de 9 años que relata sus días junto con “Los Comanches”, El jefe John Gedsudski, Mary Hudson y “El hombre que ríe”. La historia es contada en tiempo pasado, se hace uso de pausas descriptivas y de sumario para sintetizar acciones de varios meses en pocas líneas como cuando el narrador destaca que Mary Hudson jugó al béisbol con los comanches casi un mes, por lo tanto también pasaban a buscarla con el autobús, de esa forma se logra acelerar el ritmo narrativo. La periodicidad con la que se relatan los hechos de la historia es el llamado relato singulativo anafórico ya que se narran los acontecimientos la cantidad de veces que sucedió. 

La historia superficial es la de un narrador que está contando sus vivencias a los nueve años junto con “los comanches” club del que era parte. Destaca el rol de “el jefe” quien pasaba a buscarlos en su autobús a los veinticinco niños a la salida de la escuela a jugar principalmente béisbol. El jefe una vez arriba del transporte y en pleno silencio les contaba las aventuras de “El hombre que ríe” un cuento que era más que esperado y atrapante para el grupo.

El cuento tiene una estructura enmarcada ya que también, el narrador cuenta las vivencias y hazañas del hombre que ríe. Un niño secuestrado por bandidos chinos, quienes al no recibir el dinero para devolver al niño a su familia, le deforman completamente la cara llevándolo a utilizar una máscara roja hecha de hojas de amapolas en su rostro. A pesar de su triste condición, el era bondadoso y amigo de los animales ya que ellos no lo consideraban feo. Poseía una encantadora voz además de ser muy hábil, con el tiempo forjó una gran fortuna la cual era donada. El hombre que ríe vivía debajo de un gimnasio y se alimentaba de arroz y sangre de águila. Todos los días esperaban con ansias que el jefe cuente un nuevo episodio de su personaje favorito de quien se consideraban “descendientes legítimos”.

Con el tiempo la chica del jefe se sumó al grupo, Mary Hudson, quien era muy hermosa y se sumaba al juego los días que le tocaba ir al dentista. Durante un mes pasaron con el autobús a buscarla e ir al campo de juego hasta que un día, Mary miró el juego desde el público, el jefe al verla la fue a buscar y tuvieron una tensa discusión, el narrador menciona que esa fue la última vez que la vió. Ese día todos subieron al transporte y murmuraban hasta que el jefe pidió silencio total para comenzar a relatar el final del cuento.

El hombre que ríe se había ganado enemigos una vez llegado a París, los Dufarge. Marcel Dufarge y su hija querían atraparlo a como de lugar y para ellos usaron de carnada su mejor amigo, Ala Negra. El hombre que ríe fue a buscar a su amigo pero descubrió que todo era una trampa. Furioso, se quitó la máscara y los Dufarge quedaron impactados del horror al mirarlo. Con los ojos cubiertos, el señor empezó a disparar 4 tiros de los cuales 2 llegaron al corazón del hombre que ríe, pensaban que fue su fin hasta que las balas fueron regurgitadas e impactadas sobre ellos mismos. El hombre que ríe fue socorrido por sus amigos pero al enterarse de que Ala Negra murió, hundió su rostro contra el suelo ensangrentado. Finalizando así, el cuento. Los comanches quedaron atónitos y hasta uno sin consuelo, no pudo aguantar las lágrimas. Al bajar del autobús, el narrador cuenta que vió un papel rojo volar con el viento lo que lo dejó algo asustado pero al llegar a su casa, lo mandaron a dormir.

La historia profunda puede ser la de un hombre recordando una época de su infancia en la que fue muy feliz y que sin dudas lo dejó marcado de tal forma que le fue imposible olvidar lo vivido.