Crónica en proceso

 Taller de expresión 1    Comisión 56   Cátedra Reale 

Alumna: Andrea González 

Profesor: Santiago Castellano 

“Una visita al pasado para hablar sobre el futuro”

Pasaron cinco años desde la culminación de mis estudios secundarios y decidí hacer una visita a mis ex compañeros para saber cómo les ha ido tras atravesar una pandemia y, a su vez, una crisis económica que presenta una inestabilidad interminable. Para ser sincera, la última vez que los vi, si mal no recuerdo, fue en nuestro último día de clases, allá por diciembre de 2017. Me contacté con aquellos con los que presento mayor cercanía geográfica como también afinidad luego de compartir una de las etapas más importantes en la vida, donde abandonamos el cascarón y emprendemos nuestro propio vuelo. 

Tres semanas pasaron desde el inicio del receso de invierno. No encontraba un tema que me motive a escribir, me carcomía la conciencia (sin exagerar) ver el pasar de los días, el tiempo que se agotaba y un inicio de clases inminente. Me considero bastante aplicada y la situación me puso muy tensa. Haciendo zapping en las redes sociales, principalmente Instagram y Twitter, donde la mayoría de mis seguidos son conocidos me encontré con publicaciones de Clara festejando un ascenso en su trabajo y con Mauro, inaugurando su primer local de celulares. Lo primero que pensé fue en lo mucho que habrán luchado para estar donde están actualmente, cuánto sacrificio puesto en sus objetivos y lo lindo que es ver crecer a la gente joven. Al día siguiente, me contacté  con ellos a través de mensaje directo de Instagram, charlamos y les comenté sobre mi presente trabajo y por suerte, ambos accedieron a colaborar conmigo. 

Mauro tiene 22 años, una semana antes de nuestra entrega de medallas se enteró de que iba a ser papá junto a la chica que apenas estaba empezando a conocer. Dos años atrás (2015), perdió a su hermano mayor en un accidente automovilístico hecho que asegura, marcó un antes y un después en su vida. Estos episodios causaron un impacto tan gigante en su vida que no le quedó de otra que salir de golpe al mundo real. En el 2017 y principios de 2018, él vivía junto a su familia, sus 5 hermanos y sus padres. Rápidamente aprendió un oficio el cual viene de familia, Técnico de reparación y mantenimiento de telefonía móvil. En sus comienzos, sólo atendía la caja mientras que su hermano era quien reparaba los teléfonos.  Con el tiempo, su hermano tuvo que dejar el negocio tras conseguir un mejor empleo y Mauro quedó a cargo del lugar. 

Los días de semana está trabajando todo el día y los fines de semana solo hasta mediodía. Me pasó su dirección y conversamos como en los viejos tiempos en primer lugar,  y después nos enfocamos totalmente a la realización del trabajo. Al llegar, me encontré con un cartel que decía “Servicio técnico MAURO”, paredes amarillas y negras, puertas enrejadas como también al entrar, donde el mostrador poseía rejas y barrotes, cámaras de seguridad y todo lo posible para proteger su emprendimiento. Era imposible perderme ya que el lugar es bastante llamativo. Al llegar me enteré que no solo arregla celulares sino también computadoras y tabletas.

-Hola, pasá Andre.- Me abrió la puerta con una sonrisa. Nos dimos un gran abrazo y conversamos sobre nuestro presente actual.

-¿Hace cuánto estás acá?- pregunté sin pestañear, casi por inercia.

-Hace un par de semanas pero la idea de tener un “localcito” propio siempre estuvo. Mi hermano dejó el otro porque el alquiler era impagable. Sabíamos que eso iba a pasar tarde o temprano así que nos pusimos las pilas y compramos este. Vendimos dos autos para poder dejarlo así como está y todavía le faltan un montón de cosas, pero bueno. 

Mauro y yo conversábamos mientras atendía a la gente que entraba, fui a las 4 de la tarde horario en el que menos personas van así no lo molestaba en sus tareas, aunque siempre hay una que otra persona en busca de auriculares como también fundas para sus celulares. 

-¿Tu bebita cómo anda? ¿seguís en pareja?

- ¿bebita?-ríe- Si la vieras pensarías que tiene como diez años esa nena, es un terremoto. Ya está por cumplir cinco dentro de poquito. Sigo de novio, ya es mi mujer a estas alturas- vuelve a reír- En el 2020 empezamos a convivir, Nasha (su novia) vivía con los papás y tenía todas las comodidades pero la pandemia hizo que tomemos la decisión de vivir juntos por Siari (su hija). ¡Nos re costó te juro! porque el local no lo podíamos abrir así que empecé a usar las redes y me encargaban los trabajos y pedidos por ahí. Nasha no trabaja hasta el día de hoy porque cuida a la nena y también está estudiando kinesiología está a nada de recibirse así que trato de bancaria y por suerte tenemos ayuda de ambas familias, la de ella y la mía o sino sería imposible. 

-¿vos no tenes ganas de estudiar?

-No, ya estoy re metido en esto y me va bien así que por ahora al menos estoy bien. Estoy terminando mi casa arriba de la de mis viejos, falta nada para dejarla como quiero así que no tengo tiempo para estudiar, necesito la plata sí o sí. 

-¿cómo afrontaron la pandemia? Recién me dijiste que se te complicó porque no podían abrir el local.

-Ufff, fue re difícil. Más que nada por la plata, yo al virus nunca le tuve miedo. Me daba vergüenza ver como mis suegros le compraban todo a mi hija y yo no podía aportar nada, se me caía la cara al verlos. Mi novia estuvo a full con el estudio, el cbc no es una pavada y ella lo aprobó en un año. Y encima medicina, una crack. ¿Cómo no bancaria? Es re inteligente. Mis viejos si estaban asustados pero por mis abuelos, fue todo un tema. Pero gracias a la pandemia también crecí en redes, mis mayores ventas se concretan por ahí. Encima tengo compradores de todos lados hasta de otras provincias, así que no me puedo quejar. Yo te cuento las cosas por arriba, obvio que la re sufrí en algunos momentos, hubo días en los que me quería ir a la mierd*, dejar todo y hacer mi vida pero al tener hijos muchas chances de hacer eso no hay, al menos si sos una persona con dos dedos de frente.-

Mientras conversábamos, reíamos al recordar momentos en el colegio y él también indagó sobre mi vida. Puso a calentar la pava eléctrica y, aunque no soy muy fanática, tomamos unos mates con facturas de la panadería de la esquina.

-¿te das cuenta de todo lo que lograste amigo, estas terminando tu casa, tenes tu propio local, ¡tenes una familia!, cual es tu próximo objetivo?

-Jaajajajaja ni yo puedo creer que tengo una familia. Yo tengo cinco hermanos, el más chiquito tiene 15 y los otros dos ya trabajan, y trabajan muy bien así que me ayudan un montón ya sea cubriéndome los días que Siara tiene médico, tengo que hacer trámites o cualquier cosa ellos están, es un negocio familiar y no tengo que pagarle un sueldo a nadie, así que en ese sentido zafo un montón. Y como ya te dije, la familia de Nasha es lo más, hacen todo por la hija y la nieta. Ellos nos ayudan mayormente con materiales o muebles que necesitamos. Soy afortunado. Y no sé, mi objetivo ahora es terminar la casa y crecer en redes uno piensa que no pero es de gran ayuda, principalmente Instagram que cuánto más seguidores tenes, más alcance y valor le dan a tu cuenta así que eso me ayudaría un montón con el negocio. El otro día sorteé un IPhone y mis publicaciones tuvieron más de 400.000 comentarios ¡una locura no podía creer! Las redes hoy en día son mi fuente de trabajo también. 

Después de pasar la tarde conversando nos despedimos con ganas de volver a juntarnos para seguir con la charla. Él, a pesar de no seguir una carrera, siguió perfeccionándose, logró adaptarse en un período de crisis y salir adelante pese a las adversidades. Claramente tiene una historia mucho más larga e interesante que un par de horas no es suficiente para tantos detalles. Al día siguiente, en un contexto más informal, visité a Clara en su casa. Compartimos mates y me alegró mucho reencontrarme con ella ya que fuimos muy unidas tiempo atrás.

Tiene 23 años, es estudiante del profesorado de artes plásticas en Bellas Artes, emprendedora ya que durante la pandemia tuvo la brillante idea de vender mates de algarrobo personalizados, los pinta a mano con el motivo que desee el cliente y, además,  hace seis meses empezó a trabajar en “Jumping Park” un lugar recreativo donde se practican deportes como también juegos para niños y personas de todas las edades. La mayoría de las personas al escuchar que un joven realiza tantas actividades a la vez, lo ven como algo positivo, dicen que es algo que todos deberían hacer y aprovechar su condición de plena juventud pero en muchos casos, el indicativo de éste se debe a las duras condiciones laborales con las que nos encontramos actualmente como también la búsqueda constante de independencia personal. 

Cuando llegué a su casa, inmediatamente puso a calentar agua en la pava, le puso unos yuyos que ella dice “son riquísimos y buenos para la salud” en la yerba y una vez que el mate estuvo listo subimos a su habitación. La última vez que la visité fue en el 2018, en una juntada con amigas en la que su habitación era como lo que todos imaginamos al decir “habitación”; cama, mesa de luz, un ropero con espejo y un escritorio. Esta vez, su dormitorio pasó a convertirse en un taller, su lugar favorito de la casa, así lo denominó. Su cama la mudó a la habitación contigua, duerme con su hermana menor. Su ropero sigue en el lugar de siempre pero en vez de ropa, almacena acrílicos, mates, bombillas, pinceles y varias cosas más que desconozco. Las paredes verde agua con frases de rock en cada esquina, también se puede apreciar un pentagrama y el infaltable “ojo” característico de “Viejas Locas” en la puerta, todo dibujado por ella, quien siempre se caracterizó por tener un estilo bien definido el cual sigue intacto.

-¿Cómo se te ocurrió la idea de vender mates? ¿Por qué no otra cosa?

- La respuesta es simple, en todas las casas hay mínimo un mate. Acá en casa tenemos como diez, siempre que salimos nos tienta comprar un más y así. Aparte algo tenía que hacer, la plata no nos sobra nosotras somos tres hermanas y mis papás se separaron ¿te enteraste no? Ahora mi mamá vive a un par de cuadras, alquila así que estábamos muy ajustados en un momento y le comenté la idea a mi viejo, el va a comprar todo lo que necesito, al principio me tildó de vaga, de hippie, que no iba a tener ganancia suficiente para comprar las cosas y me tiró todas las malas pero le cerré la boca jajajaja, una sola vez puso de su bolsillo para comprar las cosas después todo se lo di yo. Instagram me sirvió para difundir y que llegue a muchas personas pero la mayoría de las personas que me compró son de la zona. Lo peor de todo esto, fueron las personas que encargaron y que después se hicieron los bolud*s, no parecieron más. Parece una pavada pero me lleva mínimo una semana cada mate, tampoco soy una capa que lo hace perfecto, es todo hecho a mano y es jodido.

-¿Cuántos mates vendiste más o menos?

-Y… no sé pero más de cien seguro, los vendía baratos eso pasó. Como los hacía “rusticones” tampoco podía aprovecharme. Casi todos eran para regalar me pedían que dibuje a sus perros, sus gatos, sus hijos, escudos de fútbol  y logos de bandas, callejeros, las pastillas del abuelo y así.. ahora tengo re abandonado el negocio porque estoy trabajando todo el día pero ya voy a volver con mis matecitos. 

-¿Seguís cursando en Bellas Artes? 

 -Ehhh... sí y no jajajaja. Pasa que ya no tengo ni tiempo y ahora este cuatrimestre que pasó me anoté a una sola aparte tengo finales pendientes. Es un quilombo. A mi me había venido re bien la cuarentena, porque metí todas las materias virtualmente, descansaba más, no gastaba en colectivo y no me tenia que fumar a toda la gente amontonada en el colectivo, ni piquetes, ni nada de nada. Pero bue, ahora lo primordial para mi es generar plata.

-¿No pensaste en buscar trabajo relacionado a tu carrera?

- Si, re. ¿Pero que voy a conseguir? 12 horas pintando o dibujando como mula por 5o pesos. Me la re baja. Aparte todavía no metí ni la mitad de materias como para hacer una pasantía o lo que sea. Esta todo complicado. ¿Viste el meme de que sí querés bajar de peso estudies arte? Así no vas a tener ni para comer, te vas a morir de hambre- ríe a carcajadas. Ahora la re pegué en este laburo, me ascendieron a encargada y dentro de poco me voy a mudar por Avellaneda con Matías, mi novio. Me bancan mis viejos, mis hermanas están por terminar el colegio así que qué se yo, no me puedo quejar.

-¿Cómo la pasaste durante la pandemia? 

- A mi la pandemia me encontró en Corrientes, ¡una suerte!. Estaba de vacaciones en lo de mi abuela y cerraron todo no me podía volver. Yo chocha. Estaba en el campito, comía rico todos los días y nada que ver a comparación a como fue todo acá, allá super tranqui, al menos en el pueblito de mi abuela. Tampoco tenía apuro, mis viejos estaban tranquilos, por suerte mi familia la pasó relativamente bien porque mi viejo se contagió pero no fue grave y yo hasta ahora no me enteré si lo tuve. Me acuerdo que salíamos a andar en bici con mi abuela estaba todo re desolado, hermoso. Me hubiese quedado viviendo con ella. 

-Que lindo. ¿Sos feliz haciendo todo lo que haces, con tu presente?

-Soy feliz porque tengo unos viejos de fierro, mis hermanas son mi mundo y estoy enamorada. Capaz mi papá tenía razón, soy re hippie. No necesito nada más para ser feliz si los tengo a ellos. Todo lo demás es cotillón. Para lo demás siempre va haber solución ¿si quiero más cosas? Si obvio, como todos me gustaría tener mi mono ambiente con mis pinturas y mis plantas, mis perros y mi amor. Todo llega para el que sabe esperar y yo tengo tiempo de sobra. ¿Si me gustaría dejar todo e irme? También pero después voy a querer volver, lo sé. No me enrosco mucho con el futuro, vivo el día a día y dejo que las cosas se den por sí solas. Ahora me siento en mi salsa hablando con vos porque me encanta hablar de mí, hasta me siento un poco famosa jajajaja. No hay que ser mala persona nomas, después yo soy fiel creyente de que todo llega.

-¿Vas a terminar la carrera no?.

-Espero que sí- se produce un silencio hasta que estalló de risa. Esa risa tan particular de Clarita, la extrañaba tanto.

Nos terminamos el termo de mate y cuando miré la hora en el celular ya se me hacía tarde para volver a casa en colectivo así que tuve que pedirme un Uber. Nos fundimos en un abrazo y me quedé con ganas de volver a verla aunque sabía que solo era una vieja amistad de la escuela con la que tengo risas y recuerdos en común. 

Con ambos no mantenía contacto, solo sabía de ellos por sus posteos en redes sociales. Personas que en determinado momento fueron muy importantes pero que al pasar del tiempo, nos fuimos distanciando y persiguiendo sueños personales. Ambos, tanto Clara como Mauro, priorizan el trabajo actualmente, buscan estabilizarse económicamente como también como personas. En algunos temas, confundidos o dejando que simplemente fluyan las cosas y en otros centrados y seguros de lo que quieren. Ambos tienen familias que los apoyan y hasta familia propia en crecimiento. Ambos se reinventaron en pandemia y fundaron emprendimientos exitosos. Ambos, usaron las redes como medio de llegada a más clientes y ambos son jóvenes que buscan día a día salir adelante para así llegar a convertirse en aquella persona por la que hoy están trabajando duro y que sin duda, lo lograrán. 


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