Alma enamorada

 Nunca había sido testigo de un amor tan puro y verdadero como el de aquellos jóvenes sentados frente al mar. La intensidad en sus miradas, las risas acompañadas por gestualidades que solamente emanaban alegría y disfrute, lo que conocía del amor gracias a las películas lo estaba viendo por primera vez a corta distancia. Al paso del tiempo, por esas cosas del destino, ella falleció a causa de un accidente automovilístico y saben qué? Ni la muerte pudo separarlos. Ella siguió cuidando cada paso o decisión importante que él debía afrontar. Había veces en las que se dejaba ver para contarle lo bien que está allá arriba, la cantidad de personajes de otros siglos con los que comparte cierto sector del cielo y por sobre todo para pedirle que ya no esté triste recordando lo que pudo ser. Una tarde, jugando a ser cupido lo hizo coincidir en un café, al que acostumbraba ir con ella, con una mujer muy encantadora. Para llamar la atención de nuestro enamorado, contó con la ayuda del perro de la misteriosa mujer (quien si podía verla como el resto de los animales). El amiguito peludo simulando estar perdido, lo llevó junto a su dueña. Intercambiaron un par de palabras, no más que eso. Pasaron meses y ella dejó de visitarlo, de hacerse notar exclusivamente para él, de dejarle señales de su presencia omnipresente. Dejó de visitarlo con la esperanza de que logre olvidarla. Pasaron años y el dolor había cesado pero no desaparecido. Sentado en el banco de una plaza, un viento arrollador hizo que tropezara con la mujer del bar. Buscaron refugio a sabiendas de la tormenta que se acercaba y mágicamente las nubes se abrieron formando un arcoíris bajo el techo que los protegía, una mariposa se posó sobre la nariz de la bella mujer y él, al escuchar su risa quedó fascinado. Sintió claramente que fue una señal de su eterna amada (causante de todo lo ocurrido). Formaron una familia maravillosa, estuvieron juntos varias décadas y tuvieron una manta protectora todos esos años. Ella, quien había amado con locura a ese hombre, siempre estuvo a su lado para alejarlo de todo mal como a su familia entera. Aquello que muchos conocen como “alma en pena” más bien se trataba de un “alma enamorada” quien esperaba volver a encontrarse con su amor en el más allá, algún día. 

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