Rostros

 Taller de expresión 1    Cátedra Reale    Comisión 56

Alumna: Andrea González 

Profesor: Santiago Castellano 

Consigna: Describir rostros

El primer rostro que voy a describir es el de un hombre mayor. Lo sé porque en sus facciones se logra apreciar arrugas, las famosas y pronunciadas “patas de gallo”, bolsas en los ojos, ojeras y el faltante de un par de dientes. La nariz de este señor es ancha y triangular, grandes fosas nasales y un tabique inflamado y llamativo. Sus dos cejas son gruesas y de un color oscuro, su mirada transmite bondad pareciera estar emocionado y feliz, sus ojos están achinados ya que despliega una gran sonrisa y podemos ver que a pesar de que le falte un diente, presume con orgullo y felicidad su sonrisa. Sus ojos son diminutos y oscuros. Al regalar una sonrisa tan amplia, en su rostro se puede ver sus arrugas de forma más quisquillosa. Sus labios son extremadamente finos, casi que ni se notan, típico de los adultos mayores, la forma de su cara es ovalada y su mandíbula no es notoria. Su cabello es canoso algo áspero, muy prolijo, con una entrada frontal también bastante pronunciada. Se deja ver dos líneas en su frente, más perceptibles tal vez por estar sonriendo que si estuviera serio. En la fotografía solo se ve su oreja izquierda la cual es proporcional a su cara. Finalmente, su cuello es fino y alargado lleno de pliegues de arrugas y una pequeña papada.

El segundo rostro es una fotografía en primer plano de la cara de una mujer en la calle. Su mirada transmite tristeza, frustración, decepción e/o impotencia. Parece ser una señora adulta, rondando los cincuenta años. Tiene el ceño fruncido y la mirada hacia abajo. Su nariz es triangular y ancha en la punta. Tiene ojos oscuros bastante expresivos. Su boca es pequeña y lucen algo seca, tanto el labio superior como inferior tienen el mismo grosor. Sus ojos tienen ojeras, párpados caídos, lucen cansados. Su cabello ondulado como el resto de su cara están mojados, al estar en la calle,  parece estar bajo la lluvia. La forma de su cara es redonda y sus mejillas, debido a su expresión de tristeza o tal vez la edad, están caídos. Su cabello cubre parte de la oreja que se puede ver. Su cuello es ancho y es posible distinguir los huesos de allí. 

El tercer rostro que voy a describir, saliendo de lo predecible y espero que no de la consigna, es el de mi perro. Tiene la cara más dulce, tierna y expresiva de todos los animales. Desde el inicio de su cabeza hasta llegar a su hocico, tal como los humanos denominamos a la forma de nuestros rostros como “redonda”, “ovalada”, “rectangular” o “alargada”, la forma del rostro de Sam es como la de un corazón. Sus ojos color miel que conquistan a cualquiera que los mire son grandes y redondos. Al menos en la foto que le tomé, pareciera ser una caricatura por sus ya antes mencionadas expresiones que lo caracterizan. Sus ojos están medianamente alejados por el porte de su gran hocico y por debajo de su nariz se puede observar como poco a poco su pelaje negro se vuelve blanco (bigote) al paso del tiempo. Tiene una sonrisa de oreja a oreja, hasta deja apreciar su lengua. Hablando de orejas, las suyas son largas y semi erguidas. Su rostro más que la de cualquier humano me transmite amor y felicidad.


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