Segunda crónica

 Consigna: Escribir una crónica (la segunda después de la feria) de tipo narrativa etnográfica de un evento cultural (en sentido amplio).

Conociendo una cafetería en familia

Hoy, 19 de junio día del padre, tenemos planeado ir al cine en familia y después comer hamburguesas en el patio de comidas de shopping. Plan que se tuvo que cancelar debido a que a papá le toca trabajar en su día. A mi familia le encanta salir a comer ya sea en la vereda de casa, en un carrito de panchos o como también ir a conocer distintos bares o restó, disfrutamos el arte de comer. Papá sale de trabajar a las 14:00hs y lo esperamos para comer unos ricos ñoquis caseros. Mamá no se da maña con la cocina por lo tanto, me tocó a mí poner las manos en la masa. Después de comer, decidimos ir a merendar a un lugar que hace un par de semanas conocí y quedé fascinada con la ambientación del lugar, la atención y lo más importante, la comida. Nos arreglamos y emprendimos viaje. Siendo 16:30, un día particular y la lentitud con la que maneja papá (él lo llama ser precavido) calculo que dentro de una hora y media llegaremos al lugar. Llegamos a las 17:40, casi no conseguimos lugar para estacionar pero lo logramos. El lugar al que traje a mi familia se llama “La panera rosa” se encuentra situada en el centro de Lomas de Zamora dentro de un centro comercial llamado “Las lomitas street ” al llegar nos encontramos con personas haciendo fila para entrar. La chica que trabaja allí le dice a una mujer que llegó minutos antes que nosotros que “hay demora de 40 minutos”. La mujer sin dudarlo se va. Me acerco y pregunto si en la terraza del lugar también hay demora. Muy cordialmente me responde que podemos subir pero vamos a estar al aire libre. Adentro está todo ocupado. “yo no quiero estar afuera, ya está oscureciendo y el frío va empezar a ser más fuerte” dice mi papá “subamos ya estamos acá, merendamos y nos vamos” le contesta mi mamá mientras ingresa al lugar sin dudar. Arriba el frío se siente mucho más pero la vista es espectacular. Papá queda fascinado con una fuente de agua que se encuentra abajo, en el patio del centro comercial, rodeado de locales de ropa como también una chocolatería y pizzería. Un poco se olvida del frío. Viene el mismo mesero que me atendió la última vez que vine, muy simpático y educado. Nos deja la carta y se retira. Mamá pide un café con muffins de chocolate amargo, chips de chocolate blanco y jengibre “vamos a probar algo nuevo” dice sonriente. Papá pide un  “caramel machiatto” un café con caramelo. También prueba algo nuevo. Mi hermana un submarino, clásica como siempre y yo un cappuccino con “torta Helena” una bomba de chocolate con mantecol y dulce de leche. Una bomba que terminamos entre los cuatro. Mientras esperamos nuestra merienda papá nos cuenta como estuvo su día, que por suerte no le dieron mucho trabajo por estar algo resfriado y que entre compañeros compartieron una picada al mediodía. Papá trabaja en una empresa de colectivos, es mecánico y habitualmente tiene muchísimo trabajo. Nos traen lo que pedimos y disfrutamos. Salir a despejar ya sea con una merienda, comida o un helado siempre es un plan ideal para salir de la rutina y compartir un rato en familia. No siempre tenemos la oportunidad de estar todos juntos así que los momentos como este son magníficos. Empieza a oscurecer y las luces se encienden. Mi hermana, aguafiestas, pide que terminemos rápido que ya quiere volver a casa. Papá disfruta la vista, come mi torta, quiere pedir más cosas. Compartimos charlas y risas. De fondo música de jazz, no soy muy conocedora pero crea un ambiente más que agradable. Una pareja se sienta en la mesa de al lado y piden hamburguesas. No importa la hora, siempre es buen momento para una hamburguesa. Vemos la hora y son las 19hs. El centro comercial está lleno, podemos ver todo desde la terraza. Se acerca el mozo y le pedimos la cuenta. Pagamos y nos pregunta “¿cómo estuvo todo, disfrutaron?” casi en coro contestamos que sí, que todo estuvo riquísimo que esperamos volver pronto. Se llevan las tazas y platos de la mesa. Mamá comenta que le encantó la vajilla. Unas tazas de porcelana rosa con huellas de felino en los costados, al igual que los platos y cubiertos. Papá dijo que parecen de cumpleaños, como esos de cartón que compraban para nuestros cumples cuando éramos chiquitas. Bajamos de la terraza y al entrar, la calefacción nos pega en la cara. ¡Hasta personas en remera hay de lo fuerte que está la calefacción!. Vamos rápido al auto y volvemos a casa. Papá disfruto de su día y salimos de la cotidianidad, espero que lo volvamos a repetir pronto.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Esa mujer y El hombre que ríe

"¿Por qué no bailan?" Y "Los asesinos"

ANTE LA LEY, FRANZ KAFKA.